El trabajo social es una disciplina que busca mejorar la calidad de vida de las personas a través de la intervención en problemáticas sociales.

En este artículo aprenderás cuáles son los modelos de intervención en trabajo social más importantes, su importancia y, estrategias y modelos que se aplican actualmente en diferentes ámbitos.
¿Qué es la intervención en trabajo social?
La intervención en trabajo social se refiere a un conjunto de acciones planificadas y sistemáticas que buscan generar un impacto positivo en la realidad social.
Intervenir significa tomar parte en una situación o mediar en favor de alguien, lo que implica un compromiso con la transformación y el bienestar, un proceso organizado que busca modificar condiciones desfavorables en distintos contextos.

En términos prácticos, la intervención social tiene como propósito identificar y atender necesidades mediante estrategias que faciliten el desarrollo individual y colectivo. Esto se logra a través de programas de asistencia, proyectos de integración social, políticas públicas y actividades que fomenten la participación comunitaria.
¿Cuáles son los modelos de intervención en trabajo social?
Existen diferentes teorías y modelos de intervención en trabajo social, los más usados y que abarcan la mayoría de los ámbitos son:
Aunque son los principales, es posible usar más de uno en una intervención, e incluso diseñar un modelo propio si la situación lo requiere.
Modelos de intervención en trabajo social PDF
Importancia de los modelos de intervención en trabajo social
La importancia de la intervención en el trabajo social radica en su capacidad para atender problemáticas sociales no resueltas, con acciones que permiten mejorar la integración, autonomía y bienestar de personas en situación de vulnerabilidad.
Sin la intervención adecuada, muchas personas quedarían excluidas del acceso a recursos básicos, oportunidades laborales o redes de apoyo.
También hay que tener en cuenta que la intervención social no solo beneficia a los individuos, sino que también impacta en las comunidades y en la sociedad en su conjunto, promoviendo valores como la equidad y la justicia social.

¿Cómo funciona?
El funcionamiento de la intervención social parte de la interpretación de la complejidad de los problemas, ya que no se trata solo de aplicar soluciones preestablecidas, sino de analizar la realidad social desde múltiples perspectivas.
Según diferentes estudios, la intervención implica un proceso de categorización que ayuda a comprender la situación de distintos grupos, por ejemplo jóvenes en conflicto con la ley o mujeres en condiciones de vulnerabilidad, los cuales después un análisis de cada grupo, los profesionales del trabajo social diseñan estrategias ajustadas a cada contexto, utilizando herramientas metodológicas y recursos adaptados a las necesidades específicas de la población objetivo.
Entre los datos de interés sobre la intervención en trabajo social, destaca su aplicación en ámbitos como la salud, la educación, el empleo y la protección de derechos humanos.
Esquema de métodos de intervención en trabajo social
Para que una intervención en trabajo social sea efectiva, es necesario seguir un esquema bien estructurado que permita diseñar estrategias adecuadas a cada situación, siempre pensando en modificarlo de una manera correcta en caso de no funcionar, ya que el objetivo es generar un impacto positivo en las personas y comunidades.

A continuación, dispones de un esquema básico para diseñar estrategias de intervención en trabajo social.
1. Identificación del contexto o entorno del problema
El primer paso en cualquier intervención es comprender el entorno en el que se presenta la problemática social.
Esto implica una focalización de las variables que influyen en la situación, como el contexto económico, político, cultural y social de la comunidad afectada, así reconoceremos quiénes están involucrados, qué factores contribuyen al problema y cómo interactúan entre sí.
Esta fase permite delimitar el alcance de la intervención y establecer una base sólida para la planificación.
2. Análisis e identificación del problema
Una vez identificado el contexto, es fundamental analizar el problema en profundidad, estudiando sus causas, factores asociados y posibles consecuencias.
Aquí entra en juego el uso de un marco teórico, que ayuda a comprender la problemática desde una perspectiva académica y profesional.
Por ejemplo, si se trabaja con personas en situación de vulnerabilidad, se pueden utilizar teorías sobre desigualdad social, exclusión o desarrollo humano para fundamentar la intervención, aplicando herramientas como entrevistas, encuestas o análisis de datos para obtener información clara sobre la situación.
3. Objetivo general de la estrategia de intervención
Todo proceso de intervención debe estar guiado por un objetivo claro que defina qué se quiere lograr con la intervención y qué cambios se esperan en la comunidad o grupo atendido.
Debe ser específico, medible, alcanzable, realista y con un tiempo determinado (siguiendo la metodología SMART).
Un ejemplo de objetivo podría ser: “Mejorar las condiciones de habitabilidad de 50 familias en situación de pobreza extrema en un plazo de seis meses mediante la gestión de recursos y programas de apoyo”.
4. Medios técnicos y recursos disponibles
Para llevar a cabo una estrategia de intervención, es necesario contar con los recursos adecuados, que generalmente son:
- Recursos humanos: Profesionales del trabajo social, psicólogos, voluntarios, líderes comunitarios.
- Recursos financieros: Presupuesto destinado a la implementación de actividades.
- Recursos materiales: Espacios físicos, insumos, herramientas de trabajo.
- Recursos tecnológicos: Plataformas digitales, bases de datos, medios de comunicación.
Es clave identificar los recursos con los que se cuenta y gestionar aquellos que sean necesarios para que la intervención sea viable.
5. Identificación de metas y logros observables
El último paso en el diseño de una estrategia de intervención es establecer metas y resultados concretos.
Estas metas deben traducirse en actividades específicas que permitan evaluar el progreso y la efectividad del trabajo social con herramientas de planificación que permitan visualizar el cronograma de actividades y tiempos de ejecución.
Por ejemplo, si la intervención busca reducir el abandono escolar en una comunidad, una meta podría ser “Lograr que al menos el 80% de los niños beneficiados permanezcan en la escuela hasta finalizar el ciclo escolar”, y para alcanzarlo, se pueden establecer actividades como tutorías, entrega de materiales escolares y reuniones con familias, al final podríamos valorar si hemos conseguido el objetivo de la intervención.
Cuadro comparativo de modelos de intervención en trabajo social

¿Cuáles son los 3 niveles de intervención en trabajo social?
- Intervención individual o micro: Se enfoca en ayudar a personas o familias de manera directa, abordando problemas específicos como salud mental, violencia intrafamiliar, adicciones o pobreza, utilizando técnicas como la orientación, el acompañamiento y la gestión de recursos.
- Intervención grupal o meso: Trabaja con pequeños grupos que comparten una problemática común, promoviendo el apoyo mutuo y el fortalecimiento de habilidades sociales. Se aplica en contextos como grupos de terapia, talleres de desarrollo personal y programas de reinserción social.
- Intervención comunitaria o macro: Se orienta a generar cambios a nivel comunitario o social, promoviendo políticas públicas, programas sociales y el empoderamiento de comunidades. Se centra en la transformación estructural para mejorar la calidad de vida de grandes sectores de la población.